No es un tema muy común cuando hablamos acerca de las consecuencias que nos dejó una gripe casual, hasta que el COVID-19 llegó a nuestras vidas y lo “común” cambió a lo inusual.
Pero, realmente cuando hablamos de la gripe es una de las enfermedades más comunes que nos pueden dar y sobre todo en las épocas invernales que acrecientan esto. En promedio para los adultos, pueden enfermarse entre 3 a 4 veces al año de lo que es una gripe común y a los niños entre 6 y 8 años de 4 a 6 veces ya que son más propensos a estos padecimientos, los cuales se pueden traducir a Sinusitis y Otitis media con un mal cuidado.
Aunque la gripe es una enfermedad que suele curarse por ella misma, puede presentar complicaciones como bronquitis, neumonía, encefalitis y otros padecimientos que pueden causar muchas muertes durante sus episodios más severos.
La importancia de asistir con un profesional de la salud es inherente cuando vemos que lo común no se cura como debería ser.
Sabemos de antemano que el COVID-19 no fue nada normal, pero el mayor ejemplo que podemos dar son las consecuencias que esta enfermedad ha dejado en la población que estuvo contagiada, se curó y aún así tiene secuelas de esa enfermedad, desde problemas para retomar su vida como subir escaleras, caminar largas distancias e incluso hacer ejercicio, hasta la falta de sabor “normal” de los alimentos que alguna vez probaron.
En una gripe, si no se tienen los cuidados necesarios o las precauciones debidas, las consecuencias no son tan graves como con otras enfermedades respiratorias, pero tenemos que tener en cuenta que nuestro sistema inmune está débil y se puede acrecentar el padecimiento a una enfermedad mucho peor de lo que era.
La prevención en temporada invernal es necesaria, desde una alimentación rica en vitamina c, alimentos verdes como vegetales y el mantenernos hidratados, hasta la ejercitación que deberíamos tener como un hábito constante.
Si hablamos de los medicamentos, las vacunas presentan una protección totalmente especializada hacia los vírus, no nos abstienen de enfermarnos, como la Influenza, pero sí nos ayudan a que si llegamos a padecerla nuestro cuerpo ya tenga el conocimiento de cómo combatirla y nos ayude a mejorar en lugar de empeorar.
El cuidado de nuestra salud debe verse reflejado intentando prevenir estas enfermedades, visitar a nuestro médico si llegamos a padecerla y reforzar nuestras defensas cuando hayamos terminado nuestro tratamiento para evitar contraer otras enfermedades más severas.